Las elecciones municipales y autonómicas de ayer, nos han dejado un mapa político bastante diferente al que teníamos hasta ahora. El PP ha arrasado en todo el estado, bueno, mejor dicho, el PSOE ha caído, que no es lo mismo, ya que el Partido Popular no ha aumentado en votos de la manera que sus contrarios han bajado.
Pero dónde realmente quiero centrarme es en Euskal Herria, ya que el fenómeno Bildu ha arrasado como muy pocos esperaban. Han superado los resultados históricos de Euskal Herritarrok de 1999 en más de 45.000 votos, siendo la primera fuerza en Gipuzkoa y en Donostia, la segunda en Bizkaia y la tercera en Araba. Estos resultados tienen su explicación:
En primer lugar, la ilegalización de Sortu y la ilegalización de Bildu y posterior legalización, han hecho plantearse a muchos ciudadanos la libertad de ideas políticas en este país. Mucha gente que no se había planteado nunca votar a la izquierda abertzale han dado su voto para demostrar la discrepancia con la ilegalización de las ideas.
En segundo lugar, Bildu tiene mucho que agradecer a sus detractores. La propaganda anti-Bildu del Partido Popular no ha hecho más que favorecer a la coalición, muy a pesar de los que criticaban. Esto puede ser un buen toque de atención a los PPros para que empiecen a hacer propuestas reales y dejen de criticar a otros partidos, que parece ser lo único que saben hacer.
La victoria de Bildu, puede suponer una gran ayuda al PNV-EAJ, pero también un gran problema. Ahora mismo, la mayoría electora vasca se declara nacionalista, aunque unos de derechas (PNV-EAJ) y otros de izquierdas (Bildu). En los últimos tiempos, el Partido Nacionalista Vasco ha tenido muy olvidado el tema independentista, y el comportamiento de Bildu durante los próximos años puede suponer una gran debacle de los jeltzales, y más si tenemos en cuenta el pacto que tienen con el gobierno central.
Si algo se puede sacar en claro de las elecciones es que el pueblo ha hablado, y ha dicho que quiere a la izquierda abertzale en las instituciones de una manera muy clara. Espero que esto sirva al Tribunal Constitucional a la hora de decidir sobre Sortu, y al resto de “demócratas” que no quieren a los independentistas en las casas consistoriales y en las juntas generales.
Pero dónde realmente quiero centrarme es en Euskal Herria, ya que el fenómeno Bildu ha arrasado como muy pocos esperaban. Han superado los resultados históricos de Euskal Herritarrok de 1999 en más de 45.000 votos, siendo la primera fuerza en Gipuzkoa y en Donostia, la segunda en Bizkaia y la tercera en Araba. Estos resultados tienen su explicación:
En primer lugar, la ilegalización de Sortu y la ilegalización de Bildu y posterior legalización, han hecho plantearse a muchos ciudadanos la libertad de ideas políticas en este país. Mucha gente que no se había planteado nunca votar a la izquierda abertzale han dado su voto para demostrar la discrepancia con la ilegalización de las ideas.
En segundo lugar, Bildu tiene mucho que agradecer a sus detractores. La propaganda anti-Bildu del Partido Popular no ha hecho más que favorecer a la coalición, muy a pesar de los que criticaban. Esto puede ser un buen toque de atención a los PPros para que empiecen a hacer propuestas reales y dejen de criticar a otros partidos, que parece ser lo único que saben hacer.
La victoria de Bildu, puede suponer una gran ayuda al PNV-EAJ, pero también un gran problema. Ahora mismo, la mayoría electora vasca se declara nacionalista, aunque unos de derechas (PNV-EAJ) y otros de izquierdas (Bildu). En los últimos tiempos, el Partido Nacionalista Vasco ha tenido muy olvidado el tema independentista, y el comportamiento de Bildu durante los próximos años puede suponer una gran debacle de los jeltzales, y más si tenemos en cuenta el pacto que tienen con el gobierno central.
Si algo se puede sacar en claro de las elecciones es que el pueblo ha hablado, y ha dicho que quiere a la izquierda abertzale en las instituciones de una manera muy clara. Espero que esto sirva al Tribunal Constitucional a la hora de decidir sobre Sortu, y al resto de “demócratas” que no quieren a los independentistas en las casas consistoriales y en las juntas generales.